Enclavada en la región vinícola de las Rías Baixas en España, Casa Beatnik Hotel es un nuevo hotel de destino creado por Bonhomme, un premiado estudio de diseño y grupo de hostelería. La propiedad inaugural de Casa Beatnik Hotel, un Country House, ofrece a sus huéspedes casi tres hectáreas de lujo bohemio hecho a medida, retiros de bienestar y hostelería inspirada.
Ubicado a 20 minutos (a las afueras) de Santiago de Compostela, Casa Beatnik Hotel cuenta con 13 suites diseñadas de forma individual, 6 yurts de lujo glamping, dos distintivos restaurantes, bares de coctelería, una bodega en funcionamiento y un viñedo que alberga unas de las cepas más antiguas del mundo. Otras comodidades incluyen Iglusaunas de Estonia, una piscina de agua salada con tumbonas y un equipo de servicios de wellness y spa que cuenta con instructores certificados, así como con terapeutas especializados en yoga,Tai Chi, fisioterapia y una gran variedad de masajes de relajación.
Desde nuestro bucólico entorno en la Ribera do Ulla, los huéspedes están a poca distancia en coche de pueblos pescadores y casas de labranza de la costa Atlántica de España. Esta es la Galicia profunda, un paraíso rural que tiene como telón de fondo viñedos, explotaciones agrícolas y pueblos pintorescos rodeados de montañas exuberantes y costas escarpadas, una celebración de nuestra conexión con la naturaleza y sus siempre cambiantes temporadas. Galicia es un enclave extraordinario que evoca esa extraña sensación de ser un lugar que está aparentemente intacto y un poco perdido en el tiempo, un destino de nómadas globales, quienes llegaron a descubrir la excelencia de sus tesoros culinarios, viticultores, chefs, distribuidores y artesanos.
“Si tuviera que describir el estilo de nuestros diseños y marcas, diría que somos pura joie de vivre, seductores, coloridos, románticos, sofisticados e impredeciblemente clásicos”, dice Daniel Alonso, fundador y director creativo de Bonhomme. “Queremos que Casa Beatnik Hotel sea un refugio lleno de vida desde donde podamos compartir con ustedes nuestro amor por la historia, la cultura, la tierra, el mar y las gentes de Galicia.” Al haber crecido entre los Estados Unidos y las ciudades de sus padres en Galicia, Daniel tiene una sincera conexión personal con esta parte del mundo.
Denominado así por la generación de librepensadores bohemios de los años 1950 y 1960, Casa Beatnik Hotel celebra su espíritu y legado artístico. Como una musa y un referente histórico, uno beatnik en particular capta nuestra reverencia nostálgica: Yves Saint Laurent, genio pionero que transformó su época y democratizó la moda con diseños seductores y atemporales. En Casa Beatnik Hotel estamos constantemente inspirados por YSL y el sentido de estilo, aspiración y rebelión de la generación beatnik para crear un escape exótico con comida, cócteles y música progresiva e inspirada globalmente.
Diseñado por Maison Bonhomme, el estudio responsable de la creación de todos los conceptos de Bonhomme, la estética de Casa Beatnik Hotel está basada en la mezcla sublime de tres países cercanos a nuestro corazón: Marruecos por su suntuosa combinación de colores y artesanos apasionados, Francia por su música y confianza artística e Italia por una dosis de perfeccionamiento y estilo para combinar todo seductoramente.
Nuestro diseño maximalista es un viaje a través de diferentes culturas y texturas para conferir un sentido de misterio y encanto, encauzando amantes de la estética de otros tiempos que se rodearían de bellos elementos, coleccionados en sus viajes por todo el mundo. El visitante accidental que pasa por allí dando un paseo, necesitaría adivinar las maravillas conservadas impecablemente escondidas tras la fachada de camelias rosas de la propiedad del pazo.
Antes de su renacer como Casa Beatnik Hotel, la propiedad fue el hogar de Antonio López Ferreiro, canónigo de la catedral de Santiago de Compostela, miembro fundador de la Real Academia de la Lengua Gallega, prominente escritor y hombre responsable del redescubrimiento, en el siglo XIX, del relicario que contenía los restos perdidos de Santiago el Mayor, el santo patrón de España.
Para dar vida a la colorida visión de Casa Beatnik Hotel, Maison Bonhmomme colaboró estrechamente con un increíble equipo de diseño encabezado por Luca Lanzetta Group, Popham Design, Molteni&Co, Antoniolupi, Sogni Di Cristallo y Viccarbe. Un devoto equipo de albañiles, herreros, carpinteros, viticultores, enólogos, agricultores y maestros artesanos fueron imprescindibles en la meticulosa transformación durante dos años de la propiedad del siglo XVIII.
Juntos personalizaron una colección única de muebles y accesorios de algunos de los diseñadores y maestros artesanos más apasionantes de los siglos XX y XXI, desde Milán y Murano hasta Jaén, Tashkent y Marrakech incluyendo a Patricia Urquiola, Vincent Van Duysen, Rodolfo Dordoni, Gio Ponti, Yaby Pushelberg, John Pawson, Foster + Partners y Soufiane Zarib.
Una de las características más especiales de Casa Beatnik Hotel es la cantidad de vegetación diversa que uno puede descubrir gracias a sus exhuberantes jardines y viñedos. De las casi tres hectáreas de terreno, la bodega de Casa Beatnik Hotel y el viñedo ocupan más de tres hectáreas. Dirigido por Juan Carlos Alonso y por uno de los mejores viticultores de Galicia, Rodrigo Méndez de Forjas del Salnes, nuestra bodega y viñedo producen casi 500 cajas de una única variedad de uva que es 100% procedente de cepas viejas de Albariño, acabado en barriles de roble Francés individualmente seleccionados. El viñedo también custodia una de las cepas más antiguas de Galicia, una variedad de uva roja conocida como Cascón. Nuestra cepa de Cascón de más de 400 años produce una media de 75 kilos de uvas cada año que transformamos en un vino tinto muy especial, servido exclusivamente en pipeta en nuestro restaurante Tribu. Juan Carlos y Rodrigo también han empezado un proyecto para proteger y cultivar esta variedad tan especial.
En los jardines de Casa Beatnik Hotel se plantaron más de 4.000 plantas tropicales y autóctonas. Algunas de las especies más destacadas han sido importadas desde Andalucía y la Toscana con olivos que van de los 60 a los 600 años de antigüedad y una dramática entrada flanqueada por más de 20 cipreses.